Knulp, de Hermann Hesse (Caleidoscopio) Traducción de Virginia Maza Castán | por Francisca Pageo

Hermann Hesse | Knulp

Hermann Hesse era un hombre sabio, seductor de la palabra, amable con el mundo y sufriente de él. Pese a que no hallamos encontrado esta obra de la que me dispongo a  hablar  en sus más reconocidas obras, como lo serían Sidharta, El lobo estepario o Rastro de un sueño, no es de menos darle el valor que merece por su inmaculada prosa, su notable sensación de profundidad y el enorme sentido estético que desprende. Knulp es así una serie de tres relatos sobre un hombre que busca sin buscar, pero que deambula encontrando a otros seres que lo completan, que lo inducen a un saber sobre la vida y sobre el mundo. 

El libro aborda tres etapas en la vida de Knulp, un hombre del que sabremos su pronta adolescencia, su juventud, y su mediana edad en la que hallará sus ojos cerrados por siempre. A Knulp se le adora y se le termina adorando una vez que terminamos el libro. Estamos ante un libro sobre la nostalgia, la melancolía de una vida en la que no hay futuro, solo pasado y presente. Estará el enamoramiento de Knulp por Barbara, que nos demuestra un hacer de la vida solo el más puro deseo de estar con la persona amada; estará el encuentro con su amigo médico, con quien crecería en su infancia, que le ayudará a transformar sus recuerdos en añoranza y también le ayudará con su enfermedad. Knulp padecerá tisis a los 40 años y ello conducirá a una serie de encuentros con otros que nos hará ver la humildad, la honestidad, la solidaridad, el acompañamiento y cómo la vida nos va poniendo a prueba según nos vamos encontrando con personas que de algún modo ya se han cruzado en nuestras vidas. 

Knulp tendrá añoranza por su pueblo, pero solo volverá a él dos o tres veces en toda su vida. Knulp deambulará por los pueblos, las aldeas, las granjas. A Knulp le gustará el baile y le gustarán las mujeres bellas y modestas, aunque no en su infancia (recordaremos a una Franziska que querrá estar con él sin estar), mujeres que ocuparán un gran lugar su corazón y en su vida. Conoceremos de primera mano los sentimientos y emociones de un hombre que no tiene hogar, que va por el mundo sin destino, sin un hálito de vida que le haga vivir más allá que el propio vivir. Knulp sin embargo sabe mucho, demasiado de la vida que le ha tocado. El protagonista será un hombre consecuente con sus actos y se dejará ayudar por quien quiere ayudarle. Knulp son tres relatos que podrían considerarse una novela en sí misma. Pues todos los relatos le toman como protagonista, como acervo de una cultura que vemos en la Alemania de principios del S.XX. Knulp es el retrato de un hombre que busca en la vida los resquicios que la vida va soltando tras de si. El solo los halla, y se hace digno y significativo como Hesse ha sabido encontrar un punto para los mundos contrarios que tenemos en nosotros.  

Estamos ante un libro perenne pero atemporal, profundo pero no denso, el cual podemos leer en una sentada si así lo queremos. Y en esta mañana de septiembre en la que lo he leído, en esta mañana que se va anticipando al otoño pese al calor que sigue haciendo, en esta mañana cuyas palabras me han llegado hasta el corazón y la vida se ha hecho fácil y leve: Knulp ha sido el protagonista y la persona con la que he pasado el día y lo pasaré más veces en el futuro. Los tres relatos se van entrecruzando con el pasado, con el presente, con el no-futuro. ¿Dónde está el futuro de Knulp? Si acaso en esos ojos cerrados… En esa bondad latente que tiene dentro de sí y de la que es capaz de ver la belleza que le circunde. No pudo haber final más embriagado, más mágico, más tierno para un libro como este que vive la dureza y la marginalidad, la soledad y la destemplanza. Conocer a Knulp es conocer a la humanidad, el ser del hombre, aquello a lo que aspiramos con tan solo existir. Sin necesidad de deseos más que el de vivir y deambular para conocer, para curiosear, para dar instancia de que la vida es un momento y nada más; que la vida son esos momentos que vamos compartiendo con los demás y los cuales se van quedando en ellos, por siempre, y eso, precisamente, es lo que hace inmortal a este libro. 


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